La fotografía destinada a la prensa actuó como gancho comercial, al igual que hicieron los grabados en papeles populares del siglo anterior, atendiendo a los hábitos, modos de vida y expresiones de aquella porción del público que deseaba cautivar, ofreciéndole representaciones familiares y rápidamente identificables. Así, la imagen de lo popular no podía sostenerse en una mirada monolítica, como había ocurrido con la representación tipificada de costumbres y sujetos populares durante el siglo XIX[1], sino que requería una adaptación a la nueva configuración social y cultural que experimentaban los sectores subalternos, marcada por dos cuestiones: 1. el reconocimiento de su amplitud y volumen social y 2. la exploración de una diversidad de grupos y sujetos que componían estos segmentos. Tanto el factor cuantitativo (peso en el entramado social) como el cualitativo (composición variada) de lo popular habían sido, hasta entonces, visual y simbólicamente obliterados por el régimen gráfico, cuestión que comenzaba a revertirse entre las páginas de Corre Vuela.
La foto destinada a la prensa de esta época inquirió en este rasgo variado, cambiante y fluido de lo popular que a juicio de Zubieta puede observarse como rasgo distintivo en América Latina[2], y que no había sido relevado por los medios visuales tradicionales, como la pintura, el grabado y el dibujo. Para ello, la foto se asistió de aquellas miradas y formatos tradicionales de representación de lo popular que ya eran de dominio público, esto es, la tipificación y el estereotipo, pero a la vez, abrió nuevos flancos en el territorio de la visualidad gráfica, que indagaban los modos de retratar los recientes espacios y formas de socialización de las clases populares y, especialmente, la articulación de lo popular como masa. De tal manera, para llegar a este amplio espectro de lo popular, las revistas como Corre Vuela debieron considerar un mayor radio de temas y, por tanto, de situaciones, experiencias y sujetos proclives de ser visibilizados y difundidos socialmente a través de la foto impresa, con el objetivo de interpelar y seducir a la mayor cantidad de lectores provenientes de las clases trabajadoras urbanas.
[1] Para mayores antecedentes ver el apartado “Pintoresquismo e interacciones mediales en las representaciones de costumbres y tipos populares” del ensayo A la luz de la fotografía, en esta misma página web.
[2] Zubieta, Ana María, Cultura Popular y Cultura de Masas. Conceptos, recorridos y polémicas (Buenos Aires: Paidós 2000), 220.