Acerca de la formación de Francois Auguste Trichon (Trichon), principal grabador en madera del libro de Tornero y quien vivió entre 1814 y 1898 existe escasa o nula noticia. Por lo que se puede deducir a partir del registro de sus producciones conservado en la BnF, Trichon es lo que Stephen Bann llamaría “un típico producto de la industria francesa impresora de estampas”. Sus primeros trabajos son escenas de ópera después o según el espectáculo, que se publicaron en los años 40, al parecer al modo de una crónica visual de los estrenos. Hacia 1867 todavía realizaba ilustraciones por encargo del Theâtre impèrial de l’opéra-comique de París, momento en el cual existe registro de sus vínculos con el dibujante Fréderic Lix, otro de los ilustradores cuya firma aparece profusamente en el libro de Tornero. En diversa literatura sobre grabados y grabadores del siglo XIX francés se apunta a Trichon entre los colaboradores de publicaciones como Le Musée des Familles, L’Illustration, Le Journal pour Tous, Le Magasin des Enfants, Le Journal du Dimanche y V Histoire des Peintres 11 (expuesta en 1848). Su participación se registra, además, en los Salones de 1873 a 1882 con los grabados para la revista La Famille.
Durante la investigación que nos llevó a París siguiendo el rastro a los ilustradores del libro no fue posible determinar el vínculo específico que Trichon tuvo con Doré, considerado el más importante exponente de la ilustración romántica en Francia. Según apunta Emile Dacier[55], Doré realizaba sus viñetas al pincel por lo que trabajaba muy estrechamente con los grabadores que debían traducir sus dibujos a la trama fina de la estampa[56]. Los más avezados de estos grabadores, como fue el caso de Héliodore José Pisan y François Pannemaker, se transformaron en jefes de un taller que entre las décadas del 50 y 70 produjo miles de ilustraciones de su autoría. Trichon pudo haber sido uno de los grabadores integrantes de ese taller, pero no dimos con pruebas que lo certifiquen. Sí es claro, en cambio, que entre los años 55 y 61 (una década antes de recibir como encargo las ilustraciones del libro de Tornero) Trichon realizó las versiones grabadas de cerca de ciento cincuenta dibujos de Doré que fueron publicados en el suplemento semanal ilustrado Le journal pour tous. Los dibujos que Doré entregó a este suplemento fueron fundamentales para el reconocimiento social de su talento, lo que dio impulso a su proyecto de ilustrar grandes obras de la literatura, que comenzó a realizarse el año 1854, con la publicación de Gargantúa de Rabelais, y que prosiguió más tarde con las obras ilustradas de Balzac, Dante, Cervantes y Perrault. Las series “oscuras y poderosas”[57] que Doré publica en Le Journal pour tous, traducidas por Trichon a la tabla, atraen rápidamente la atención sobre su figura, la que no hará sino incrementar su prestigio con el tiempo, revelando a un artista de proporciones que se desarrollará con maestría en varios campos, incluyendo la pintura y la escultura.
Uno de los rasgos característicos de la ilustración de Doré es la cantidad de detalles que proliferan en cada uno de sus dibujos y la facilidad para pasar del registro leve o humorístico a las escenas oscuras o tenebrosas, capaces de producir sentimientos perturbadores. Una pasión romántica por el mundo medieval decanta también en su obra generando vínculos entre ella y el prerrafaelismo inglés que se desarrolla contemporáneamente a sus primeros trabajos. Aunque el público de Doré es, en muchos casos, infantil y juvenil, el ilustrador mantiene en todo momento la contextura estética de su mirada, no abriendo espacio a las soluciones complacientes, de orden moralista o agradable. Su sensibilidad documental es igualmente punzante. En su libro London: A pilgrimage, publicado en 1872 (el mismo año que el libro de Tornero), ilustrado con 180 grabados, mostró una ciudad llena de contrastes, donde la oscuridad albergaba a menudo cuerpos hacinados, mendicantes y forzados al trabajo inhumano bajo los escenarios de la revolución industrial, mientras la luz iluminaba los trajes, la elegancia y el decoro festivo de la alta sociedad. De todas estas características, puede decirse que la que hace un efecto determinante en la obra gráfica y pictórica de Doré es su vínculo con la literatura, su modo intenso de “escenificar” como si estuviera narrando, con un material distinto pero igualmente poderoso al que empleaban los grandes escritores, a los que admiraba.
Es muy difícil calcular cuál fue el peso específico que tuvo el trabajo de traducción de los dibujos de Doré en la carrera y sensibilidad de Trichon, pero cuesta imaginar que un autor tan importante y estilísticamente determinante en el círculo de la estampa romántica como Doré, al que estuvo ligado por cientos de traducciones al grabado en madera, no haya dejado una huella significante en su carrera. Trichon grabó también para libros de literatura menor, como Les drames du prolétaire, de Eugene Morat. En el año 1870 se publica la novela Les femme, le jeu, le vin[58], de Paul de Kock, que cuenta con dibujos de F. Lix y grabados de Trichon, lo que confirma la colaboración entre ambos ilustradores, previa al Chile ilustrado.
En cuanto a F. Lix, también realizó dibujos preparatorios de grabados para ilustrar obras literarias de Alexandre Dumas, Julio Verne, Jonathan Swift. En 1865 colabora con el semanario Le Monde Illustré y en 1867 figura, como ya se ha señalado, haciendo diseños para ser grabados por Trichon, por encargo del Theâtre Impèrial de l’opéra-comique de París. En 1889 seguía dedicado a una serie de estampas sobre países europeos publicada por Hachette, lo que permite deducir que se trata de un artista con una trayectoria estable en el mundo de la imagen impresa comercial.
[55] En “Le XIX siècle”, en La gravure française. (París: Larousse, 1944).
[56] “Par commodité ou méconnaissance, il est souvent d’usage, en effet, de parler des « gravures » de Gustave Doré à propos de son œuvre d’illustrateur. Or, Doré n’a jamais gravé les très nombreuses illustrations d’ouvrage qu’il a son actif: il est l’auteur de dessins sur bois confiés à d’habiles interprètes, graveurs de métier”, dice Valérie Sueur-Hermel, en “Gustave Doré, lithographe et graveur”. Texto incluido en Gustave Doré, l’imaginaire au pouvoir, (París: Biblioteca Nacional de Francia), http://expositions.bnf.fr/orsay-gustavedore/index.htm
[57]Según Tuchartou: “Sa collaboration au Journal pour tous le mit bientôt en vogue. Son genre fantastique s’accommoda merveilleusement de ce travail. Là, il commença cette série d’illustrations sombres et puissantes qui attira si vite l’attention sur lui. ̶ Ses ravins noirs et profonds, ses forêts mystérieuses, ses châteaux inaccessibles, qui faisaient penser, avec effroi, au supplice du facteur rural chargé d’y porter le Petit Journal tous les matins, jouirent bientôt d’une grande vogue”. “Portrait-charge de Gustave Doré”. Gustave Doré, l’imaginaire au pouvoir.
[58] Publicado por Charlieu Frères et Huillery.